miércoles, junio 20, 2007

Hay mares y mares ...


Bueeneo, vengo de la playa, de dar un paseíto de punta a punta, y de pegarme un largo chapuzón; he llegado a casa pensando que soy una privilegiada, he disfrutado del sol, mi pelo mojado al viento, buena compañía..., satisfechita de mis circunstancias he encendido el ordenador -no lo puedo evitar, tengo vicio - y me he encontrado con un mensajito de Bego, la 'pobrecita' está en Tahití, la han mandado allá a hacer un reportaje, sí, a15.000 km de aquí en la mismísima Polinesia -y yo que vengo de la Malvarrosa....- me la imagino tumbada en la hamaca mirando al mar...:

"Pero que he hecho yo para merecer esto! Tengo el dia libre en Bora Bora en un hotel considerado uno de los mejores del mundo. Mi bungalow asienta sus cuatro pilares sobre una playa de coral y desde la terraza puedo bajar por una escalerita hasta el agua turquesa. Me he topado con unas gafas de bucear fluorescentes en un armario y he estado mirando pecezuelos de colores, ostras y pedruscos cubiertos de algas hasta que se me han arrugado las yemas de los dedos. Luego me he dado una vuelta con Jordi, el fotografo, mas maaaajo, por las instalaciones y hemos estado reparando en que todo son parejitas de recien casados, sus anulares anillados les delatan. En estos momentos estan empezando a servir la comida en la playa, asi que ahora vere que se cuece en la cocina de este resort donde los yates atracan a la entrada de las casitas de madera y paja.

Hemos pasado un par de dias en una isla menos conocida, Raiatea, el centro espiritual de las islas de la Sociedad. El domingo visitamos un santuario de tortugas, donde entrevistamos a una tahitiana llamada Lolita, modernisima, con una diadema de nike y esos zuecos croc que vimos este verano en Nueva York. En cada bienvenida, ya sea al subir al avion o al llegar a un nuevo hotel, nos plantan un collar de flores en el cuello. Hemos descubierto que no es nada turistico, sino que hombres y mujeres las lucen sobre la cabeza o tras una oreja en todo momento. Ayer hicimos una excursion con un guia local con el que visitamos un rio de agua cristalina donde se reflejaba la vegetacion, como si de un cuadro de Gauguin se tratara. En la superficie flotaban hibiscus y las plantas y los arboles que nos rodeaban, de una densidad compacta, parecian mutaciones gigantescas de la flora a la que estamos acostumbrados. He visto una especie de cala del tamanyo de todo mi brazo, hojas de palmera de las dimensiones del portal de mi casa. Todo es exuberante, fragrante y tranquilo. Hasta el viento que agita los cocoteros es una brisa calida. Ya vereis en las fotos esta sonrisa bobalicona que no puedo quitarme de la cara. Los tahitianos saludan todo el tiempo, sonrien, descansan. C'est cool tout ici, mes amis, nos decia ayer el guia. Y tiene razon, que lejano parece el estres, que estupidas mis preocupaciones... Eso si, estoy hasta el monyo de los ukeleles, quiero oir una guitarra electrica, ya!

Os dejo, voy a mentalizarme de que manyana voy a dar de comer a tiburones. Ma no importa, ya me puedo morir, he estado en el paraiso.

Besos alelados."

Este era su mensaje.... (supongo que no le importará que lo haya colgado, a saber cuándo se puede tener esa experiencia, así la compartimos con ella)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Mare meua, Begonya, mare meua Belen!!
El archipiélago de la Sociedad.Lo había olvidado (por envidia, claro) porque me encontré con la Donat en Marqués de Sotelo hace dos semanas y me lo soltó así, por las buenas, "que me voy a Tahití, ah, y no me cuesta un real" Además Jordi, el fotógrafo, es un encanto, claro, el paraíso es así. Aunque les fogueres de Sant Joan en la platja d'Oliva no han estat gens malament, escolta! amb café licor i bons desitjos.
Bego, eres un fenómeno del tipo cometa Halley. Belén, la Malvarrosa és la nostra casa i això no té preu.

Vuestro,

Miquel.

belo dijo...

Ay, pues tienes razón, hay muchos paraísos. Yo, en la mañana del pasado viernes me estaba bañando en la Manga del Mar Menor, sola, en una playa vacía con un mar de agua cristalina, me sentí la más privilegiada del mundo, verano y una playa para mí solita... el agua fresca, el sol y la arena sin pisar, me encantó, no me lo podía creer, eso tampoco tiene precio
B.